viernes, diciembre 07, 2007

Divina trinidad, razón de la victoria.

(Advertencia, el artículo no es sobre religión)

No cabe duda que lo ocurrido el domingo supone una victoria para la república, para los valores republicanos. La manifestación electoral de la ciudadanía y el posterior reconocimiento, a regañadientes, de parte del poder en ejercicio, Chávez, suponen una verdadera imposición y equilibrio entre gobernantes y gobernados.

Hasta ahora en cada contienda, el ganador siempre era el mismo; Chávez, por lo que era muy difícil hablar de equilibrio. Nadie niega sus victorias, pero la sensación era siempre la misma; se perdió porque él tiene todo el poder a su favor… y lo usa sin escrúpulos.

Ahora bien, ¿qué permitió que esta vez la oposición ganara una contienda electoral?

Primero tenemos que elimina la variable que corresponde a lo inconveniente de la reforma (que lo es por todos lo argumentos legales que existen). En anteriores elecciones la oposición había argumentado (a manera de reducción) que Chávez no era bueno para Venezuela sin lograr convencer a la población. Tomando el argumento de plebiscito que el régimen le dio a la reforma (Chávez sí vs Chávez no), esta vez le tocó perder, es decir, se votó contra él.

Segundo, atribuir a la abstención la caracterización de “chavista”, o lo que es lo mismo el argumento según el cual Chávez perdió porque tres millones de sus seguidores no votaron. El que no votó, no votó y listo. No podemos cuantificar cuántos eran chavistas y cuántos no. Simplemente se abstuvieron. Podríamos estar toda una tarde debatiendo la composición de esta masa y aún no lo sabríamos con certeza.

Tercero, pensar que el régimen iba a aceptar la derrota o que alguna vez pensó en ella como una posibilidad. Las tarimas que se tuvieron que desmontar el 2D por la noche, las páginas completas pagadas por el gobierno para celebrar el Sí y las 8 millones de nuevas constituciones impresas dan cuenta que la derrota jamás les pasó por la cabeza.

La verdad es que la derrota del gobierno fue posible por la unión, verdadera unión, de tres factores determinantes; Estudiantes, Partidos e Institucionalidad castrense. Hablo de verdadera unión porque había un objetivo común sin segundas lecturas; la reforma acababa con la república y no se podía permitir. En política, vida o muerte.

Amén de la activación de la conciencia del pueblo a través del conocimiento de la verdad acerca de la reforma, lo que fue parte de la estrategia de campaña de la oposición, operó la inteligencia y por fin la madurez de los partidos que se dieron cuenta, gracias a la explicación que le dieron los estudiantes, que este proceso no era un “quitate tu pa’ poneme yo” en el que había que acomodarse. Era la aniquilación de la democracia y la disidencia en función de un régimen abiertamente autoritario. Por tanto, supieron trabajar en donde eran necesarios; la organización, el trabajo de hormiguita, el prestar apoyo sin querer cobrar de inmediato, mantenerse bajo perfil aportando conocimiento sobre cómo se cuida el voto y manteniendo posiciones firmes como lo exigía el momento.

El general Baduel es un vocero de la institucionalidad militar que anteriormente no se había manifestado. Sus declaraciones dejaron muy claro que aquí no habría golpe, ni de un lado, ni del otro. Supo expresar sus reservas acerca del proyecto de reforma pero permitiendo que cada cual decidiera sin coerción. Es decir, dio la garantía de libertad de pensamiento y de voto conciencia. Para el chavismo esto supuso votar pensando y no por voluntarismo obligado. Les dio la facultad de disentir sin miedo a sentirse traidores. A la oposición les dio la garantía de votar y que su voto sería respetado. Dio la garantía de respeto a ambos bando porque la institucionalidad militar no se inclinaría a favor de ninguno de los dos bandos. Sólo hacia la mayoría votante.

Por último los estudiantes que rescataron la ética en la política como expresión de los ciudadanos en sociedad. Nos recordaron que esta no es lo mismo que la politiquería, el pillaje y la sinvergüenza de algunos personajes que insisten en llamarse políticos, y aún peor llamarse a sí mismos “dirigentes” (esto aplica para los dos bandos). Los estudiantes se presentan como el último bastión de defensa de la república. Porque les importa su futuro al que conciben estrechamente ligado al país y no a una oportunidad pa’ coje’ unos reales y volase’ pa’ mayami… Ellos, sin lugar a dudas, inyectaron de motivación, no solo a los que se consideran oposición. Incluyeron a aquellos seguidores del proceso que dijeron: “un momento, estos chamos son el futuro y están peleando contra la reforma, ¿por qué será?” Y la gente leyó y no les gustó lo que entendieron.

El secreto entonces fue la unidad de propósito del bloque “NO”, la motivación que imprimieron los estudiantes y su llamado a defender la república. Los partidos permitieron, sin anteponer mezquindades, organizar la tendencia de los votantes y enseñar a cuidar el voto y Baduel, como representante de la institucionalidad militar, brindó la garantía de respeto a los resultados. La metodología científica exige que un experimento se pueda reproducir, con los mismos elementos, para decir que los resultados son ciertos. Es lo que resta, volver a aplicar la fórmula de la divina trinidad.

1 comentario:

Ly Suárez dijo...

Totalmente de acuerdo. pero me pregunto... Será esta receta válida para las venideras elecciones regionales? Al menos en Bolívar ya se disputan la gobernación varios precandidatos (Carvajal, Rojas Suárez, Velásquez y Molina)... Funcionó para el 2D. Habrá que ver cuán internalizada está la lección de humildad de nuestra oposición.
Y cambiando de tema:
Me encanto leerte!. Espero sigas con la buena costumbre de deleitarnos con tu pluma. Besos!